Más de 2,1 millones de cristianos en Seúl se reúnen en defensa de la familia
Un culto masivo en Corea del Sur congregó a líderes y creyentes de diversas denominaciones para reafirmar los valores familiares y rechazar ideologías que los amenazan.
En un evento histórico, más de 2,1 millones de cristianos se reunieron en Seúl, Corea del Sur, para participar en un culto masivo en defensa de la familia. La convocatoria, que contó con líderes de múltiples denominaciones, tuvo como propósito reafirmar los valores tradicionales y rechazar las ideologías que consideran una amenaza para la unidad familiar.
El culto se llevó a cabo en un estadio abarrotado y sus alrededores, con millones de participantes en persona y a través de transmisiones globales. Durante el evento, se ofrecieron sermones y mensajes centrados en la importancia de preservar los principios familiares como base de la sociedad.
Entre los oradores destacados se encontraban pastores, teólogos y figuras reconocidas de la comunidad cristiana internacional, quienes enfatizaron la necesidad de unidad frente a desafíos contemporáneos como la erosión de los valores familiares. «La familia es un regalo de Dios y debemos protegerla con amor, oración y acción», declaró uno de los líderes principales.
El evento también incluyó momentos de alabanza y oración colectiva, generando una atmósfera de espiritualidad y compromiso. Los organizadores señalaron que este culto masivo es un llamado a la reflexión no solo para Corea del Sur, sino para el mundo entero, sobre la importancia de preservar los fundamentos éticos y espirituales de las familias.
La transmisión oficial del evento fue realizada por la Alianza Cristiana de Corea del Sur y replicada en plataformas internacionales como GodTV y redes sociales de las principales iglesias participantes.
Corea del Sur es reconocida por su vibrante comunidad cristiana, que representa un porcentaje significativo de la población. En los últimos años, se han intensificado los debates en el país sobre temas culturales y sociales, impulsando a las iglesias a movilizarse en defensa de los valores tradicionales.
El culto masivo en Seúl no solo marca un hito en la movilización cristiana, sino que también subraya el compromiso de millones de personas con la protección de la familia, enviando un mensaje de esperanza y unidad al resto del mundo.
