SALUD

Encuentran un vínculo entre sustancias químicas y la falta de sueño en los jóvenes

Un reciente estudio realizado por la Universidad del Sur de California (USC) ha descubierto una relación alarmante entre las sustancias químicas «eternas», conocidas como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), y la falta de sueño en jóvenes. Publicada en la revista *Environmental Advances*, esta investigación es la primera en vincular los niveles de PFAS en la sangre con la calidad y duración del sueño.

El estudio involucró a más de 140 jóvenes, de entre 19 y 24 años, quienes proporcionaron muestras de sangre durante un periodo de varios años. Los investigadores encontraron que cuatro de estas sustancias químicas –PFDA, PFHxS, PFOA y PFOS– están significativamente relacionadas con problemas de sueño. Los participantes con mayores niveles de PFAS en la sangre durmieron, en promedio, 1 hora y 20 minutos menos por noche en comparación con aquellos con niveles más bajos.

Además de afectar la duración del sueño, los niveles altos de PFOS se vincularon con problemas para conciliar el sueño, permanecer dormidos y despertarse sintiéndose cansados. Estas sustancias, que han sido ampliamente utilizadas en productos como utensilios de cocina antiadherentes y cosméticos, pueden persistir en el medio ambiente durante décadas, lo que aumenta la exposición de las personas a lo largo de toda su vida.

El estudio destaca la importancia de estos hallazgos debido al impacto del sueño en la salud a largo plazo. Dormir mal se ha asociado con una variedad de problemas de salud, incluyendo trastornos neurológicos, diabetes tipo 2 y Alzheimer. Según el investigador principal, Shiwen Li, los resultados podrían tener importantes implicaciones para las políticas públicas y la regulación de estas sustancias químicas.

Aunque el uso de algunos tipos de PFAS ha disminuido en las últimas décadas, el estudio subraya que los efectos de la exposición prolongada siguen presentes en la población. Li explicó que la exposición podría haber comenzado incluso antes del nacimiento, debido a la presencia de PFAS en el ambiente.

El equipo de investigadores también examinó el efecto de los PFAS en los genes relacionados con el sueño y encontró que algunos de estos químicos activan genes que influyen en la regulación del cortisol, una hormona clave en los ciclos de sueño y vigilia.

Este estudio pone de relieve la necesidad de una mayor investigación sobre el impacto a largo plazo de las «sustancias químicas eternas» en la salud humana y los posibles efectos de su exposición durante el desarrollo y la vida cotidiana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *