Las iglesias se convierten en centros de esperanza tras el paso de dos huracanes
En medio de la devastación causada por el huracán Helene, las comunidades del sudeste de Estados Unidos están luchando para recuperarse. Sin embargo, en esta difícil situación, las iglesias y organizaciones religiosas están desempeñando un papel crucial, brindando no solo alimentos y agua, sino también esperanza y apoyo emocional a los afectados.
En Swannanoa, una de las zonas más afectadas, voluntarios de todo el país han acudido para ayudar en las tareas de recuperación. Los residentes locales, enfrentando pérdidas masivas en sus hogares y medios de vida, han encontrado en su fe un refugio. El pastor Jeff Dowdy, de la Primera Iglesia Bautista de Swannanoa, relató cómo el río cercano, usualmente tranquilo, se transformó en un torrente devastador, alcanzando niveles de inundación sin precedentes.
Afortunadamente, la iglesia de Dowdy no sufrió daños importantes, lo que le permitió convertirse en un centro de distribución de suministros para la comunidad. “Sentimos que Dios nos ha salvado para que podamos ser un faro de esperanza aquí”, dijo Dowdy, destacando el papel de su congregación en medio de la tragedia.
Más al norte, en Asheville, el Asheville Dream Center ha establecido una operación en la iglesia Revel para distribuir agua, alimentos y otros productos donados a las áreas afectadas. La fundadora Michelle Coleman comentó que, aunque la ayuda gubernamental aún no ha llegado, las iglesias y voluntarios no han esperado para actuar. «La necesidad es tan grande que estamos enviando lo que tenemos», explicó Coleman.
Las iglesias se han movilizado rápidamente, brindando no solo asistencia física, sino también apoyo espiritual, en un esfuerzo que ha sido vital para la recuperación de las comunidades afectadas por los huracanes.
